Billie, de 14 años, pasa la mayor parte del tiempo en su urbanización de bloques de pisos. A fin de mes, sólo tiene dinero para pasta con ketchup, pero su madre Marika ilumina el mundo de Billie con su imaginación y su gran corazón. Entonces llega su abuela de Hungría sin avisar, y Billie pierde mucho más que la colorida vida cotidiana con su madre. Cuando Marika ya no puede hacer más preguntas, Billie parte sola en su viejo Nissan: tiene que encontrar a su desconocido padre y averiguar por qué sueña con el mar tan a menudo, aunque nunca haya estado allí.